miércoles, 22 de junio de 2011

poema 1


Recuerdas niña lo bien que antes

sabíamos callarnos,

volcarnos por ejemplo aquellas tardes

sobre la barandilla fresca

y mirar a la ermita, sólo eso


Tanta fue la traición luego

de los días agotadoramente largos

que nos volvimos charlatanes, locuaces,

alegres bailarines ante el éxito de cualquier

insensata labor de vigilancia


Signos del declive ya por entonces

te hablo de los años amarillos:

una tras de otra las nueces salían negras

los melocotones ásperos olvidaron oler a melocotón

por esos días se jodió todo niña, eso pasó


Se bifurcó salivosa la trayectoria

de nuestras paciencias, todo se hizo

pequeño y tropezamos en cada esquina,

denegamos cautos nuestro derecho

a no cerrar los ojos en presencia del otro


Caímos alarmados en la cuenta

del mínimo espacio de nuestra soledad

sin rincones ni cerrojos

corrimos a comprar candados e hicimos celosías

en los vanos y arrancamos las aldabas de por fuera


Añoramos subterráneos sin accesos donde

calmar el latido de cada encuentro accidental

(no los había de otro modo),

celosamente extraños entre extraños

enloquecimos niña, eso pasó


Minuciosos escrutadores de nuestras costuras

nos rendimos sin luchar como se suele,

llamamos melancolía a lo que era

ya entonces tristeza espesa como azogue

y gritamos ante farmacias sin receta


Nos fuimos niña, eso pasó

cada uno por su lado al mismo sitio

nítido, de recintos descuadrados,

vacío de heladas y de tardes

… … … … … … … …


… … … … … … … …

recuerda aquel entonces como yo

verás que era perpetuo el silencio de los días

que éramos dioses nombrados cada víspera

que tuvimos el infinito entre las manos.


a.r.seguín





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